Por Josue Emilio Tec Várguez.
Hanal Pixán (se pronuncia janal pishán), deriva de los vocablos en lengua maya: hanal (Comida) y Pixán (Alma que da la vida al cuerpo), “comida de las almas”; es el nombre en lengua maya de la comida tradicional que se ofrece a los muertos en Yucatán. Esta conmemoración se realiza en la Península de Yucatán, en pueblos y ciudades de origen o con influencia maya, es la cita de las almas de los difuntos con los vivos, tiene sus orígenes en costumbres extendidas por los evangelizadores católicos (que a su vez se derivan de celebraciones celtas) y ciertos rasgos mayas prehispánicos.
Se celebra entre los días 31 de octubre y 2 de noviembre de cada año, el 31 de octubre es el primer día de las celebraciones e inicia con el “U Hanal Palal” que está dedicado de manera especial a las almas de los niños. El Primero de noviembre se recuerda a los adultos que ya no están en vida, con el “U Hanal Nucuch Uinicoob”. El dos de noviembre se celebra el “U Hanal Pixanoob” también conocido en algunos lugares como “Misa Pixán”, ya que este día tiene lugar una misa dedicada a las ánimas, generalmente en el cementerio de la población.
La celebración consta de varios ritos, siendo el principal el altar a los fieles difuntos, el cuál debe ser colocado en la parte principal del recinto. El altar verdaderamente tradicional consta de tres niveles, simbolizando la concepción maya de los 13 cielos (Oxlahuntikú), la tierra y los 9 inframundos (Bolontikú). En el nivel más alto se coloca una cruz de madera pintada en color verde, la cual simboliza el Yaá´axche´ ó Ceiba sagrada de los mayas, con una tela bordada con figuras de flores y aves. La fotografía del difunto constituye el elemento primordial del altar. Se colocan veladoras encendidas para brindar luz al altar, cinco jícaras con atole nuevo disponiendo una en cada esquina del altar y la quinta en el centro pues representa los puntos cardinales; también siete montones con 13 tortillas (representando los 13 cielos), cada uno recordando los días del calendario Tsol K´iin, cuatro recipientes de carne de puerco o pavo guisado en axiote ó chilmole.
Además de comida típica como: mucbilpollos, jícamas, mandarinas, naranjas, dulce de papaya, coco, pepita, tamales de espelón y vaporcitos, todo este festín es adornado con flores de "xpujuc" (de tipo silvestre y color amarillo), "xtés" en color rojo y "virginias". Los materiales tradicionales del altar son hechos a base de barro, arcilla, madera y jícaras. No pueden faltar dos recipientes llenos de agua y sal, representando así el origen y el fin de la vida. Además de comida y bebida así como agua ardiente, se pueden incluir cigarros si es que eran del agrado de los difuntos. El día de los niños se pondrá, además de los alimentos y los dulces, juguetes.
En estos días es común que las personas hablen de sus familiares difuntos en
tiempo presente, como si estuvieran en vida; en algunas comunidades se amarra a los animales y mascotas para que no impidan a las ánimas llegar al altar y a los niños se les pone una cinta o lazo en la muñeca derecha para que las ánimas no se los lleven cuando se vayan. También se cree que las casas deben estar siempre limpias y sin trabajo pendiente (como hacer las tortillas o limpiar, por ejemplo). Se cree que si algo faltó por hacerse, las ánimas llegarán y realizarán el trabajo, lo que sería un descortesía.
En las casas, centros de trabajo y lugares públicos, los habitantes de la región maya se reúnen con amigos y familia alrededor del altar, para conservar esta tradición y recordar a sus familiares difuntos.
Josué Emilio Tec Várguez es Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Mesoamericana de San Agustín. Es estudioso y apasionado del tradiciónal Hanal Pixán, habiendo ganado reconocimientos y primeros lugares en muestras y concursos de altares. Su twitter es @EmilioTec